El poder contribuir a conducir los destinos de nuestra SAP es una responsabilidad y un compromiso: una responsabilidad porque existe una historia que honrar, una suma de vivencias personales y colectivas, un collage de momentos que han ido sembrando el prestigio de la pediatría de Córdoba; pero además implica un compromiso no sólo con la institución y los colegas sino también con la niñez y la sociedad toda que reclama pediatras íntegros, formados científica y humanamente, para obrar en la salud y en la enfermedad de niños y jóvenes. Si bien existe un pasado destacado, transitamos por un presente con logros y dificultades, y estamos ante un futuro con un gran potencial que debemos procurar desplegar.
Esta responsabilidad y este compromiso podrían parecer una carga difícil de llevar. Pero hay un sentimiento de afecto y una voluntad de hacer que aligera esta mochila y nos permite andar. Porque la Comisión Directiva es un grupo de trabajo en el que cada uno hace su aporte singular, en el que la heterogeneidad hace a la riqueza de pensamientos; por ello el reunirse y el comunicarse para resolver situaciones es un placer y una oportunidad de expresión. Porque somos concientes que la SAP es una construcción colectiva y que no hay dogmas ni imposiciones, sino que se valora y respeta los dichos de todos.
Esta óptica, esta perspectiva positiva, hace que en cada nueva Comisión renazcan las ideas, se renueve el entusiasmo, se alienten los cambios necesarios. Con esta inyección de entusiasmo, con esta alegría viva, con el corazón en la mano y la mente dispuesta, la SAP y su gente hacen camino al andar.