LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Desde hace 15 días somos testigos de una guerra en Medio Oriente. Ya no es un conflicto de intereses encontrados; es una guerra, con las pérdidas irreparables que depara. Las imágenes nos conmueven y horrorizan; vemos la sangre y las lágrimas, la destrucción y el desconsuelo en cada relato y en cada crónica periodística. No podemos comprender la dimensión de tanto odio ensañado con la vida; nos es difícil ponernos en la piel de aquellos que perciben la amenaza declarada y el peligro inminente en cada situación.

Pero esta vez la barbarie llegó a límites impensados. Porque hay niños muertos, víctimas inocentes de un drama que lastima a una sociedad, a un país y al mundo entero. Porque el lenguaje de las armas es un fracaso colectivo que nos hiere y nos interpela, que nos llama a levantar la voz para defender lo que nos queda de humanidad.

Y se suma un agravante a tamaña crueldad: hay bebés, niños y adolescentes secuestrados. Son al menos 30 almas separadas de su hogar, arrancadas de su cotidianeidad, sufriendo la angustia y la incertidumbre. Son seres vulnerables soportando un penoso cautiverio, con carencias y demandas, con resignación y quizás algo de esperanza. Esos chicos tienen nombres, historias, sueños de futuro, que en un instante sucumbieron ante el miedo y la impotencia.

Desde la Sociedad de Argentina de Pediatría Córdoba promovemos los valores de una niñez y una adolescencia plenas, con derechos indiscutidos y oportunidades abiertas. Sin duda una guerra que los involucra es un atentado a la vida, un mensaje desgarrador que pregona la violencia y la intolerancia como modo de actuación.

Por eso es que exigimos la liberación de los rehenes y que los niños queden al margen de toda disputa política o ideológica. Ellos no merecen padecer las consecuencias de nuestra falta de entendimiento adulto, y deben ser educados en aras de la paz y el reconocimiento del otro. Abogamos para que prime la razón. Seamos constructores de un mundo nuevo a partir de niños y jóvenes que enaltezcan el valor de la vida.

Es nuestro deseo, nuestro compromiso y nuestro reclamo. Nadie debe callar ante lo inadmisible: la maldad sólo seguirá existiendo si flamea la bandera del silencio y la indiferencia. De todos depende.

Basta de guerras !!    Cuidemos a los chicos !!

                                                                           Comisión Directiva SAP Córdoba