¿Qué pedirían los chicos para sí mismos? ¿Qué deseos quisieran alcanzar y qué necesidades imploran ver satisfechas?

Los niños tienen esa magia que cautiva, esa capacidad de despertar sensibilidad y dulzura, esa mirada especial que ve más allá de los ojos. Son un presente que renace y se construye cada día, son la fuerza contenida de un ideal que espera florecer.

Pero también los niños son sólo lo que han podido ser en función de sus circunstancias. Son el resultado de los limitantes que rediseñan su camino, son los que buscan pero que tantas veces no logran. Son las risas y las caras tristes, son las posesiones y las carencias, son los que crecen abrazados con amor y los que no pueden vivir el futuro que soñaron.

La niñez reclama e interpela a la sociedad toda. Cada uno desde su lugar puede aportar para que cambien realidades y se dignifiquen las existencias. Porque la real dimensión de una comunidad está dada por la manera en que se acompañan y se valoran a los niños.

Ellos nos piden respeto, justicia, comprensión, oportunidades, amor, presencia, atención; tanto a nivel personal como colectivo. Asumamos el compromiso y la responsabilidad que tenemos ante la nueva generación; seamos capaces de honrarlos dándoles aquello que se merecen.
¡Primero los chicos!  ¡De todos depende que tengan un feliz día cada mañana!

                                                                             Comisión Directiva SAP Filial Córdoba