La Sociedad Argentina de Pediatría Filial Córdoba, como institución científica que vela por la defensa de la salud y los derechos de los niños y jóvenes, se dirige a la opinión pública a fin de hacer su aporte sobre “la crianza del niño por padres del mismo sexo”. Si bien puede analizarse el tema desde múltiples enfoques con una mirada abierta y respetuosa de todas las posiciones, nuestra intención es determinar el impacto que produce EN EL NIÑO el tener padres homosexuales, con una visión meramente académica y sin incurrir en consideraciones religiosas, antropológicas, jurídicas, etc.; no se trata de tomar partido a favor o en contra del matrimonio homosexual, sino de plantear el tema desde la perspectiva del niño, valorando sus consecuencias directas e indirectas. En este sentido y de acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, no existen evidencias sólidas de que la crianza homosexual sea peor o mejor que la crianza heterosexual; una amplia bibliografía da evidencia de que los niños con padres del mismo sexo pueden tener las mismas ventajas y las mismas expectativas de salud, adaptación y desarrollo, respecto de aquellos cuyos padres son heterosexuales. La literatura científica señala que los niños que crecen con 1 o 2 padres homosexuales se desarrollan de manera similar en lo intelectual, social, emocional y sexual, comparado con los hijos de padres heterosexuales. Incluso hay reportes que refieren que los niños criados en un entorno homosexual resultaron ser más competentes en la escuela, tuvieron menos problemas sociales, más apego a las normas y fueron menos agresivos, así como también presentan un mayor respeto a la diversidad. La identidad de género de los niños preadolescentes que crecen al cuidado de madres/padres del mismo sexo está en consonancia con su sexo biológico. No se han encontrado evidencias de confusión o preferencia por sexo opuesto, ni diferencias en los juguetes, juegos, actividades, vestimentas, ni relaciones sociales en comparación con aquellos que tenían madres/padres heterosexuales. El óptimo desarrollo de los niños parece ser más influenciado por la naturaleza de las relaciones e interacciones dentro de la familia que por la estructura particular de la misma. Lo importante para el desarrollo normal de una familia no es la identidad sexual de los padres sino las funciones que cumplen, o sea que estén presentes los roles paterno (orden, disciplina, límites) y materno (sostén físico y emocional, confidencia, disposición). Es fundamental que tales funciones diferenciadas estén presentes y sean ejercidas. Ser un buen padre o una buena madre no está relacionado con ser heterosexual u homosexual, sino con saber cubrir las necesidades de los niños en base al amor, la contención, el acompañamiento y el estímulo. En nuestra condición de educadores sanitarios, los pediatras queremos hacer llegar esta información a fin de clarificar conceptos y contribuir a un conocimiento más apropiado sobre este tópico, instalado recientemente en el debate social.
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